Los veranos son cálidos y secos, superando normalmente los 25ºC y pudiendo llegar a alcanzar temperaturas que rondan los 40 ºC. Las precipitaciones en esta época del año son realmente escasas, llegando a no existir en algunas islas durante los meses de julio o agosto, que coinciden con los meses que más radiación solar reciben, cuando los días son más largos. Esta sequedad se justifica por la ausencia de las bajas presiones que vienen del Atlántico y provocan frías temperaturas y precipitaciones durante el invierno. Además en verano se produce el fenómeno de la calima, que se trata de partículas de polvo que quedan suspendidas en la atmosfera y provocan la reducción de la visibilidad. Esta calima, que va siempre ligada a un anticiclón, sólo puede producirse durante los días de verano ya que para darse necesita unas condiciones de ambiente seco y aire en calma. También en verano encontramos un viento seco, moderadamente fresco y que sopla más fuerte al atardecer, se trata del viento etesiano proveniente del norte, conocido como Metelmi. Este viendo provoca aún más sequedad en el ambiente a medida que va bajando hacia el sur, es por ello que en Creta, a pesar de tener un clima distinto en sus montaña debido a su propia orografía, las áreas más bajas presentan unos niveles de humedad más bajos que en ninguna otra época del año.
En cambio los inviernos son más templados en temperatura, que llega a bajar en algunas islas hasta los 4 ºC (su mínima anual de temperatura); sin embargo en otras la mínima no llega a ser muy fría pues no baja de los 9 ºC. Esto sucede mayoritariamente en las islas que se encuentran más al sur, puesto que su posición latitudinal les hace estar en una zona casi de transición entre el clima de las islas y otro más seco que se dará a un nivel más meridional. De todas maneras, estas bajas temperaturas que aparecen se deben al cinturón de bajas presiones que viene del Atlántico norte en dirección al sur, llegando a Grecia proveniente del noroeste. Este viento llega más templado que en su origen, aunque trae consigo bastante humedad. Además, provoca periodos de ráfagas de viento que afectan a todo el Egeo; no obstante su calidad de insolación hace que este viento no provoque situaciones extremamente frías. Durante el invierno, tal y como entran las bajas presiones provenientes del oeste al área del Egeo las temperaturas de las islas bajan; este aire llega más frío debido a su paso por los Balcanes, que, protegidos de influencias del oeste por los Alpes Dinámicos, están abiertos a condiciones extremas que llegan del corazón de Eurasia. Este viento proveniente del noroeste se llama “boreas”, y como muchos otros elementos naturales en Grecia, tiene también una historia mitológica detrás (que está explicada en el apartado de Mitología). Este viento es también el causante, como se puede observar en el apartado de los climogramas, de la diferencia de precipitación entre las Islas Jónicas y el resto de islas griegas, ya que en las primeras es donde este viento descarga realmente grandes precipitaciones.
Las precipitaciones en invierno son más notorias que en los meses menos húmedos de verano, aunque las estaciones de primavera y otoño suelen ser más lluviosas según se acercan al invierno. Los meses que abarca la época de lluvias son normalmente de noviembre a marzo, a partir de marzo las lluvias van disminuyendo hasta llegar el verano. Estas lluvias más invernales convierten a esta estación en una de las más impredecibles.
A pesar de que en verano se alcancen temperaturas realmente elevadas, por la noche suelen bajar debido a una inversión térmica causada por la diferencia y cambios de temperatura entre la superfície de la tierra y del mar. Esta inversión térmica provoca las brisas marinas nocturnas que crean un ambiente agradable tras los insolados días de verano.
Primavera y otoño se caracterizan por, como ya hemos dicho, unas precipitaciones no tan elevadas como en inverno, y también por unas temperaturas más suaves que rondan los 20 ºC. En especial, al inicio del otoño, la temperatura y las precipitaciones se acompañan para crear un clima mediterráneo suave y claro ya que, aunque los días no sean tan largos, no aparece la calima veraniega.
La influencia marítima
El mar juega un papel muy importante en el clima de las Islas Griegas pues está presente en todas y cada una de ellas. Su efecto se resume en una temperación de los inviernos, por lo que reduce el impacto del frío de los vientos del norte. Por otro lado, en verano también se le asigna un efecto regulador de la temperatura pues hace volver el calor de esta seca estación menos tórrido. Además, con sus brisas gratifica toda la vegetación y crea un frescor agradable a partir del atardecer debido a la inversión térmica producida por el calentamiento de la superfície durante el día.
Mediodía --> Atardecer --> Noche
Fuente:
El caso de Creta
Dadas las condiciones orográficas de la Isla de Creta, así como por su posición latitudinal, debe considerarse su clima excepcionalmente diferente al del resto de islas. Obviamente, este clima también afectará a la formación de su paisaje presentando una abundante flora y fauna en esta isla que se encuentra entre Europa y África. La presencia de la montaña en Creta que cruza la isla de este a oeste y llega a superar los 2000 metros de altura, hace que ésta se divida en un área norteña típicamente mediterránea y en una sureña de clima subtropical.
En su parte montañosa el clima es muy distinto al de la zona costera. Así por ejemplo, haciendo un recorrido desde la garganta de Imbros hasta Sfakia (al suroeste de la isla) se puede sufrir un cambio que empieza en un clima de montaña, sigue por la presencia del común mediterráneo y llega al suroeste con un clima mucho más cálido, el subtropical. Es por ello que la diversidad de la flora de esta Isla, adaptada a estas condiciones, se observa en una calidad tan variante.
A principios de Primavera, entre marzo y abril, hay en Creta un clima inestable en el que conviven lluvias y viento con días soleados y más cálidos. En esta época las temperaturas pueden oscilar entre los 14 y los 25 ºC aproximadamente. Un poco más tarde, entre mayo y principios de junio, en plena primavera, suele predominar un clima en el que el sol suele aparecer a diario aunque aún acompañan algunas lluvias. Aquí las temperaturas ya empiezan a subir pudiendo llegar a los treinta grados centígrados. Ya en pleno verano, desde finales de junio hasta mediados de septiembre, las lluvias desaparecen y la temperatura media mínima suele rondar los treinta grados; aunque sus tardes se ven refrescadas gracias al Metelmi. Desde mediados de septiembre hasta finales de octubre el tiempo se parece bastante al de la primavera, las temperaturas son similares, tan sólo un poco más elevadas; y las lluvias vuelven a aparecer. A diferencia de la primavera, las aguas en esta época del año son más cálidas. Para acabar el año, desde finales de octubre hasta principios de enero, las lluvias alternan con los días de sol y la temperatura es un tanto más baja debido también a la presencia de los vientos boreas. Finalmente, desde enero hasta mediados de marzo, el tiempo es más frío que durante el resto del año (oscilan entre los 10 y 20 ºC), y también las lluvias son más abundantes; aunque también los días de sol están presentes.
PRESENTACIONES SLIDE DE PREVISIONES PARA LAS ISLAS GRIEGAS (ABRIL 2009):
Presentación slide de los mapas de superfície para las Islas Griegas (predicción para finales de abril de 2009):
Presentación slide de la precipitación en las Islas Griegas (predicción para finales de abril de 2009):
que tiempo hare en abril mas o menos sq stoy pensando m ir y me gustaria saberlo
ResponEliminaciao